Gabriela Cabezón Cámara gana el Premio Fundación Medifé Filba de Novela con “un clásico desobediente”
En una semana en que la literatura argentina se convirtió, por la polémica desatada por algunos libros del programa de lecturas para bibliotecas escolares bonaerenses, en una “cuestión de Estado”, falló el Premio Fundación Medifé Filba de Novela, que reconoce la mejor obra de autor argentino publicada durante el año anterior. En su quinta edición, la novela ganadora es Las niñas del naranjel (Penguin Random House) de Gabriela Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968), que recientemente obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (lo recibirá en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el 4 de diciembre), el Konex de Platino y, a principios de año, el Premio Ciutat de Barcelona de literatura en lengua castellana. Es la primera vez que una mujer gana el Fundación Medifé Filba de Novela y también la primera vez que se premia un título publicado por uno de los grandes grupos editoriales. La autora recibirá tres millones y medio de pesos.
El jurado integrado por María Sonia Cristoff, Juan Mattio y María Moreno eligió la novela de Cabezón Cámara, que recrea la historia de la excéntrica monja alférez Catalina de Erauso en América del Sur, entre otros títulos finalistas: El amor es un monstruo de Dios de Luciana De Luca (Tusquets Editores); El diablo Arguedas de Betina Keizman (Entropía); La audición de Abel Gilbert (Editorial Golosina) y Lenguas vivas de Luis Sagasti (Eterna Cadencia). Este año concursaron 252 libros.
“Estoy feliz. Los premios son sus jurados. En este caso, tres autores que admiro profundamente. Tres enormes lectores además. Y, bueno, no hace falta que abunde sobre la importancia de Filba, que es mucha. En un momento en el que gente que denosta libros que ni siquiera lee, me parece vital defender la literatura. Ahí está la libertad de verdad: en poder imaginar otros mundos, jugar con la lengua, torcer sintaxis, escuchar su música. En la lectura, uno de los actos creativos más maravillosos. Esto es libertad”, dijo Cabezón Cámara a LA NACION. Su novela Las aventuras de la China Iron, de 2017, fue uno de los títulos objetados por la vicepresidenta Victoria Villarruel e intelectuales libertarios.
“Si el boom de la literatura latinoamericana excluyó a las mujeres, hoy su legado crece con la lengua alucinante de Gabriela Cabezón Cámara, una lengua capaz de mezclar sus lujosas impurezas -español castrense y guaraní opará, glosolalia feliz y música de tormentas- hasta construir, custodiado por la presencia omnipresente de la selva, un nuevo mundo nuevo. Las niñas del naranjel ya es un clásico desobediente”, afirmó Moreno
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